martes, 16 de agosto de 2016

República Dominicana celebra 153 años de la Restauración.

República Dominicana celebra 153 años de la Restauración.

 

El general Gregorio Luperón fue el líder de la Guerra de Restauración.

Hace hoy 153 años, contando desde el 16 de agosto de 1863, que el general Gregorio Luperón y un puñado de patriotas se alzaron contra la anexión a España, que abandonó el país en 1865.Los años siguientes a la Independencia de la República el 27 de febrero de 1844, para la joven nación fueron de inestabilidad, alcanzando su punto más crítico con la deposición del presidente Buenaventura Báez por parte del general Pedro Santana.

Santana asume el poder en medio de una grave crisis económica debido a que la administración de Báez había quebrado el país, por lo que a 17 años de haberse proclamado la independencia, éste pide a España que retome el control del país, enarbolando como argumento la fortaleza militar de Haití y el temor de que nuevamente el vecino se lanzara a una nueva ocupación.

Para España fue la puesta en bandeja de una nueva oportunidad de controlar América Latina, sobre todo porque Estados Unidos se encontraba envuelto en la guerra de secesión del Norte contra el Sur y no podía ocuparse de imponer la famosa doctrina “América para los americanos” enarbolada en 1823 por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe. Fue así como el 18 de marzo de 1861 Santana anunció la anexión, convirtiéndose en gobernador general de la recién creada jurisdicción. - See more at: http://www.elcaribe.com.do/2016/08/16/celebra-153-anos-restauracion#sthash.EWZFFY7X.9PUcu2wN.dpuf

La Guerra de la Restauración fue una guerra llevada a cabo en Santo Domingo desde 1863 hasta 1865 entre los dominicanos y España, que el conservadurismo dominicano había invitado de nuevo a tomar posesión del país 17 años después de la Guerra de Independencia contra la República Haitiana y 42 años después de que los habitantes de la parte oriental se declararan independientes de España. El conflicto terminó con la victoria dominicana y la retirada de las fuerzas españolas del país.

  

En 1861, el general Pedro Santana había arrebatado la pres

con tan solo 17 años de independencia. Al principio, la monarquía española estaba preocupada, pero con los Estados Unidos ocupados con su propia guerra civil e incapaces de imponer la Do

idencia a Buenaventura Báez, quien había quebrado la Tesorería de la Nación con grandes ganancias para sí mismo. Frente a una crisis económica, así como la posibilidad de un nuevo ataque de Haití, Santana pidió a España que retomara el control de su antigua posesión bajo la categoría de provincia, ctrina Monroe, consideraba que había una oportunidad para reafirmar el control en América Latina. El 18 de marzo de 1861, se anunció la anexión, y Santana se convirtió en gobernador general de la recién creada jurisdicción.

Sin embargo, este acto no fue bien recibido por todos. El 2 de mayo, el general José Contreras lideró una fallida rebelión, y Francisco del Rosario Sánchez encabezó una invasión desde Haití (cuyo gobierno aunque oficialmente neutral, le preocupaba que España afianzase su poder en la zona), pero fue capturado y ejecutado el 4 de julio de 1861. Eventualmente Santana renunciaría a su cargo en enero de 1862 tras sostener diferencias con las autoridades españolas en Cuba que limitaron su poder y que destituyeron a sus amistades para colocar a peninsulares en los cargos de poder; la reina Isabel II le confirió el marquesado de las Carreras como compensación por sus servicios al Reino.
Las autoridades españolas comenzaron a alienar a la población en general mediante el establecimiento de una política conocida como “bagajes”, que requería que los ciudadanos entregaran cualquier animal de trabajo a los militares españoles sin ningún tipo de garantía de indemnización. Esto fue especialmente problemático en la región del Cibao en el norte, donde los agricultores dependían de sus animales para su sustento. Un segundo factor fue cultural: el nuevo arzobispo de España se horrorizó al descubrir que un gran número de parejas dominicanas no estaban casadas ​​bajo la Iglesia católica romana. Esta situación se produjo debido al pequeño número de sacerdotes en el país, así como la pobreza y la falta de caminos y transporte para llegar a una iglesia para casarse. Con las mejores intenciones, el arzobispo Bienvenido Monzón quería poner remedio a esta situación en un corto tiempo, pero sus demandas solo irritaba a la población local que había llegado a aceptar el estado actual de los nacimientos "ilegítimos" de forma normal. Económicamente, el nuevo gobierno también impuso aranceles más altos para los productos no españoles y los buques y trató de establecer un monopolio sobre el tabaco, contrariando a las clases comerciantes también. A finales de 1862, los funcionarios españoles estaban empezando a temer la posibilidad de una rebelión en la región del Cibao (el sentimiento anti-español no era tan fuerte en el sur). Por último, había rumores de que España volvería a imponer la esclavitud y enviar a los dominicanos negros a Cuba y Puerto Rico.
Mientras tanto, España había emitido una orden real en enero de 1862 declarando su intención de recuperar los territorios que Toussaint Louverture había tomado por Haití en 1794. En un intento de sofocar los disturbios en Dominicana, las tropas españolas habían desalojado a los haitianos que vivían en estas áreas a lo largo de la frontera haitiano-dominicana. El presidente haitiano, Fabre Geffrard renunció a su posición de neutralidad y empezó a ayudar a los rebeldes dominicanos.
Hace hoy 153 años, contando desde el 16 de agosto de 1863, que el general Gregorio Luperón y un puñado de patriotas se alzaron contra la anexión a España, que abandonó el país en 1865.Los años siguientes a la Independencia de la República el 27 de febrero de 1844, para la joven nación fueron de inestabilidad, alcanzando su punto más crítico con la deposición del presidente Buenaventura Báez por parte del general Pedro Santana.

Santana asume el poder en medio de una grave crisis económica debido a que la administración de Báez había quebrado el país, por lo que a 17 años de haberse proclamado la independencia, éste pide a España que retome el control del país, enarbolando como argumento la fortaleza militar de Haití y el temor de que nuevamente el vecino se lanzara a una nueva ocupación.

Para España fue la puesta en bandeja de una nueva oportunidad de controlar América Latina, sobre todo porque Estados Unidos se encontraba envuelto en la guerra de secesión del Norte contra el Sur y no podía ocuparse de imponer la famosa doctrina “América para los americanos” enarbolada en 1823 por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe. Fue así como el 18 de marzo de 1861 Santana anunció la anexión, convirtiéndose en gobernador general de la recién creada jurisdicción.

Dominio español

Las reacciones no se hicieron esperar. El 2 de mayo el general José Contreras se alzó en armas y Francisco del Rosario Sánchez encabezó una invasión desde Haití. Junto a unos 20 patriotas Sánchez fue herido y capturado, llevado a El Cercado, en San Juan de la Maguana, y condenado a muerte. Un pelotón de fusilamiento puso fin a su vida el 4 de julio de 1861. Santana renunció a su cargo en enero de 1862. - See more at: http://www.elcaribe.com.do/2016/08/16/celebra-153-anos-restauracion#sthash.EWZFFY7X.9PUcu2wN.dpuf

Hace hoy 153 años, contando desde el 16 de agosto de 1863, que el general Gregorio Luperón y un puñado de patriotas se alzaron contra la anexión a España, que abandonó el país en 1865.Los años siguientes a la Independencia de la República el 27 de febrero de 1844, para la joven nación fueron de inestabilidad, alcanzando su punto más crítico con la deposición del presidente Buenaventura Báez por parte del general Pedro Santana.

Santana asume el poder en medio de una grave crisis económica debido a que la administración de Báez había quebrado el país, por lo que a 17 años de haberse proclamado la independencia, éste pide a España que retome el control del país, enarbolando como argumento la fortaleza militar de Haití y el temor de que nuevamente el vecino se lanzara a una nueva ocupación.

Para España fue la puesta en bandeja de una nueva oportunidad de controlar América Latina, sobre todo porque Estados Unidos se encontraba envuelto en la guerra de secesión del Norte contra el Sur y no podía ocuparse de imponer la famosa doctrina “América para los americanos” enarbolada en 1823 por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe. Fue así como el 18 de marzo de 1861 Santana anunció la anexión, convirtiéndose en gobernador general de la recién creada jurisdicción. - See more at: http://www.elcaribe.com.do/2016/08/16/celebra-153-anos-restauracion#sthash.EWZFFY7X.9PUcu2wN.dpuf
Hace hoy 153 años, contando desde el 16 de agosto de 1863, que el general Gregorio Luperón y un puñado de patriotas se alzaron contra la anexión a España, que abandonó el país en 1865.Los años siguientes a la Independencia de la República el 27 de febrero de 1844, para la joven nación fueron de inestabilidad, alcanzando su punto más crítico con la deposición del presidente Buenaventura Báez por parte del general Pedro Santana.

Santana asume el poder en medio de una grave crisis económica debido a que la administración de Báez había quebrado el país, por lo que a 17 años de haberse proclamado la independencia, éste pide a España que retome el control del país, enarbolando como argumento la fortaleza militar de Haití y el temor de que nuevamente el vecino se lanzara a una nueva ocupación.

Para España fue la puesta en bandeja de una nueva oportunidad de controlar América Latina, sobre todo porque Estados Unidos se encontraba envuelto en la guerra de secesión del Norte contra el Sur y no podía ocuparse de imponer la famosa doctrina “América para los americanos” enarbolada en 1823 por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe. Fue así como el 18 de marzo de 1861 Santana anunció la anexión, convirtiéndose en gobernador general de la recién creada jurisdicción. - See more at: http://www.elcaribe.com.do/2016/08/16/celebra-153-anos-restauracion#sthash.EWZFFY7X.9PUcu2wN.dpuf

 

Hace hoy 153 años, contando desde el 16 de agosto de 1863, que el general Gregorio Luperón y un puñado de patriotas se alzaron contra la anexión a España, que abandonó el país en 1865.Los años siguientes a la Independencia de la República el 27 de febrero de 1844, para la joven nación fueron de inestabilidad, alcanzando su punto más crítico con la deposición del presidente Buenaventura Báez por parte del general Pedro Santana.

Santana asume el poder en medio de una grave crisis económica debido a que la administración de Báez había quebrado el país, por lo que a 17 años de haberse proclamado la independencia, éste pide a España que retome el control del país, enarbolando como argumento la fortaleza militar de Haití y el temor de que nuevamente el vecino se lanzara a una nueva ocupación.

Para España fue la puesta en bandeja de una nueva oportunidad de controlar América Latina, sobre todo porque Estados Unidos se encontraba envuelto en la guerra de secesión del Norte contra el Sur y no podía ocuparse de imponer la famosa doctrina “América para los americanos” enarbolada en 1823 por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe. Fue así como el 18 de marzo de 1861 Santana anunció la anexión, convirtiéndose en gobernador general de la recién creada jurisdicción.

Dominio español

Las reacciones no se hicieron esperar. El 2 de mayo el general José Contreras se alzó en armas y Francisco del Rosario Sánchez encabezó una invasión desde Haití. Junto a unos 20 patriotas Sánchez fue herido y capturado, llevado a El Cercado, en San Juan de la Maguana, y condenado a muerte. Un pelotón de fusilamiento puso fin a su vida el 4 de julio de 1861. Santana renunció a su cargo en enero de 1862.

Las medidas económicas asumidas irritaban cada día más a la población. Los ciudadanos estaban obligados a entregar sus animales de trabajo a los militares españoles sin ningún tipo de garantía de indemnización, se impusieron altos aranceles para los productos que no eran españoles y se trató de crear un monopolio en la producción y comercialización del tabaco.

La guerra
Ante el nuevo cuadro, el entonces joven general Gregorio Luperón asumió el liderazgo rebelde en la lucha por restablecer la soberanía dominicana.

El 16 de agosto de 1863, un nuevo grupo bajo su liderazgo y el de Santiago Rodríguez hizo una audaz incursión y levantaron la bandera dominicana en el cerro de Capotillo. El Grito de Capotillo fue el comienzo de la guerra.

Una ciudad tras otra en el Cibao y en el Sur se sumaron a la rebelión. España tuvo momentos difíciles en la lucha contra los rebeldes.

En el transcurso de la guerra, perderían más de 33 millones de pesos y sufrirían más de 10,000 víctimas. En España la guerra era percibida como impopular e innecesaria, ya que la corona no necesitaba el territorio dominicano.

En medio de una crisis interna, el primer ministro español, Leopoldo O’Donnell, renunció al cargo.

El ministro de Guerra de España ordenó el cese de las operaciones militares en la isla, mientras que el nuevo primer ministro Ramón María Narváez llevó el asunto ante las Cortes Generales para tratar el asunto.

Las Cortes Generales sentenciaron que ante las dificultades internas España no podía ocuparse del país.

El 3 de marzo de 1865, la reina Isabel II firmó la anulación de la anexión, y el 15 de julio las tropas españolas abandonaron la isla.
Haitianos apoyaron la guerra restauradora
En la parte Este de la isla corrió el rumor de que los españoles volverían a establecer la esclavitud, abolida durante la ocupación haitiana, y que nuevamente ciudadanos dominicanos serían enviados a Cuba y Puerto Rico para servir a la corona española. Además, España había emitido una orden real en enero de 1862 declarando su intención de recuperar los territorios fronterizos que Toussaint Louverture había tomado para Haití en 1794, por lo que procedieron a desalojar a los haitianos que vivían en la frontera. Ante el hecho, el presidente haitiano Fabre Geffrard renunció y empezó a ayudar a los dominicanos.
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RD celebra 153 años de la Restauración

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El general Gregorio Luperón fue el líder de la Guerra de Restauración.
El general Gregorio Luperón fue el líder de la Guerra de Restauración. (El Caribe )
Hace hoy 153 años, contando desde el 16 de agosto de 1863, que el general Gregorio Luperón y un puñado de patriotas se alzaron contra la anexión a España, que abandonó el país en 1865.Los años siguientes a la Independencia de la República el 27 de febrero de 1844, para la joven nación fueron de inestabilidad, alcanzando su punto más crítico con la deposición del presidente Buenaventura Báez por parte del general Pedro Santana.

Santana asume el poder en medio de una grave crisis económica debido a que la administración de Báez había quebrado el país, por lo que a 17 años de haberse proclamado la independencia, éste pide a España que retome el control del país, enarbolando como argumento la fortaleza militar de Haití y el temor de que nuevamente el vecino se lanzara a una nueva ocupación.

Para España fue la puesta en bandeja de una nueva oportunidad de controlar América Latina, sobre todo porque Estados Unidos se encontraba envuelto en la guerra de secesión del Norte contra el Sur y no podía ocuparse de imponer la famosa doctrina “América para los americanos” enarbolada en 1823 por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe. Fue así como el 18 de marzo de 1861 Santana anunció la anexión, convirtiéndose en gobernador general de la recién creada jurisdicción.

Dominio español

Las reacciones no se hicieron esperar. El 2 de mayo el general José Contreras se alzó en armas y Francisco del Rosario Sánchez encabezó una invasión desde Haití. Junto a unos 20 patriotas Sánchez fue herido y capturado, llevado a El Cercado, en San Juan de la Maguana, y condenado a muerte. Un pelotón de fusilamiento puso fin a su vida el 4 de julio de 1861. Santana renunció a su cargo en enero de 1862.

Las medidas económicas asumidas irritaban cada día más a la población. Los ciudadanos estaban obligados a entregar sus animales de trabajo a los militares españoles sin ningún tipo de garantía de indemnización, se impusieron altos aranceles para los productos que no eran españoles y se trató de crear un monopolio en la producción y comercialización del tabaco.

La guerra
Ante el nuevo cuadro, el entonces joven general Gregorio Luperón asumió el liderazgo rebelde en la lucha por restablecer la soberanía dominicana.

El 16 de agosto de 1863, un nuevo grupo bajo su liderazgo y el de Santiago Rodríguez hizo una audaz incursión y levantaron la bandera dominicana en el cerro de Capotillo. El Grito de Capotillo fue el comienzo de la guerra.

Una ciudad tras otra en el Cibao y en el Sur se sumaron a la rebelión. España tuvo momentos difíciles en la lucha contra los rebeldes.

En el transcurso de la guerra, perderían más de 33 millones de pesos y sufrirían más de 10,000 víctimas. En España la guerra era percibida como impopular e innecesaria, ya que la corona no necesitaba el territorio dominicano.

En medio de una crisis interna, el primer ministro español, Leopoldo O’Donnell, renunció al cargo.

El ministro de Guerra de España ordenó el cese de las operaciones militares en la isla, mientras que el nuevo primer ministro Ramón María Narváez llevó el asunto ante las Cortes Generales para tratar el asunto.

Las Cortes Generales sentenciaron que ante las dificultades internas España no podía ocuparse del país.

El 3 de marzo de 1865, la reina Isabel II firmó la anulación de la anexión, y el 15 de julio las tropas españolas abandonaron la isla.
Haitianos apoyaron la guerra restauradora
En la parte Este de la isla corrió el rumor de que los españoles volverían a establecer la esclavitud, abolida durante la ocupación haitiana, y que nuevamente ciudadanos dominicanos serían enviados a Cuba y Puerto Rico para servir a la corona española. Además, España había emitido una orden real en enero de 1862 declarando su intención de recuperar los territorios fronterizos que Toussaint Louverture había tomado para Haití en 1794, por lo que procedieron a desalojar a los haitianos que vivían en la frontera. Ante el hecho, el presidente haitiano Fabre Geffrard renunció y empezó a ayudar a los dominicanos.
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El general Gregorio Luperón fue el líder de la Guerra de Restauración.
El general Gregorio Luperón fue el líder de la Guerra de Restauración. (El Caribe )
Hace hoy 153 años, contando desde el 16 de agosto de 1863, que el general Gregorio Luperón y un puñado de patriotas se alzaron contra la anexión a España, que abandonó el país en 1865.Los años siguientes a la Independencia de la República el 27 de febrero de 1844, para la joven nación fueron de inestabilidad, alcanzando su punto más crítico con la deposición del presidente Buenaventura Báez por parte del general Pedro Santana.

Santana asume el poder en medio de una grave crisis económica debido a que la administración de Báez había quebrado el país, por lo que a 17 años de haberse proclamado la independencia, éste pide a España que retome el control del país, enarbolando como argumento la fortaleza militar de Haití y el temor de que nuevamente el vecino se lanzara a una nueva ocupación.

Para España fue la puesta en bandeja de una nueva oportunidad de controlar América Latina, sobre todo porque Estados Unidos se encontraba envuelto en la guerra de secesión del Norte contra el Sur y no podía ocuparse de imponer la famosa doctrina “América para los americanos” enarbolada en 1823 por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe. Fue así como el 18 de marzo de 1861 Santana anunció la anexión, convirtiéndose en gobernador general de la recién creada jurisdicción.

Dominio español

Las reacciones no se hicieron esperar. El 2 de mayo el general José Contreras se alzó en armas y Francisco del Rosario Sánchez encabezó una invasión desde Haití. Junto a unos 20 patriotas Sánchez fue herido y capturado, llevado a El Cercado, en San Juan de la Maguana, y condenado a muerte. Un pelotón de fusilamiento puso fin a su vida el 4 de julio de 1861. Santana renunció a su cargo en enero de 1862.

Las medidas económicas asumidas irritaban cada día más a la población. Los ciudadanos estaban obligados a entregar sus animales de trabajo a los militares españoles sin ningún tipo de garantía de indemnización, se impusieron altos aranceles para los productos que no eran españoles y se trató de crear un monopolio en la producción y comercialización del tabaco.

La guerra
Ante el nuevo cuadro, el entonces joven general Gregorio Luperón asumió el liderazgo rebelde en la lucha por restablecer la soberanía dominicana.

El 16 de agosto de 1863, un nuevo grupo bajo su liderazgo y el de Santiago Rodríguez hizo una audaz incursión y levantaron la bandera dominicana en el cerro de Capotillo. El Grito de Capotillo fue el comienzo de la guerra.

Una ciudad tras otra en el Cibao y en el Sur se sumaron a la rebelión. España tuvo momentos difíciles en la lucha contra los rebeldes.

En el transcurso de la guerra, perderían más de 33 millones de pesos y sufrirían más de 10,000 víctimas. En España la guerra era percibida como impopular e innecesaria, ya que la corona no necesitaba el territorio dominicano.

En medio de una crisis interna, el primer ministro español, Leopoldo O’Donnell, renunció al cargo.

El ministro de Guerra de España ordenó el cese de las operaciones militares en la isla, mientras que el nuevo primer ministro Ramón María Narváez llevó el asunto ante las Cortes Generales para tratar el asunto.

Las Cortes Generales sentenciaron que ante las dificultades internas España no podía ocuparse del país.

El 3 de marzo de 1865, la reina Isabel II firmó la anulación de la anexión, y el 15 de julio las tropas españolas abandonaron la isla.
Haitianos apoyaron la guerra restauradora
En la parte Este de la isla corrió el rumor de que los españoles volverían a establecer la esclavitud, abolida durante la ocupación haitiana, y que nuevamente ciudadanos dominicanos serían enviados a Cuba y Puerto Rico para servir a la corona española. Además, España había emitido una orden real en enero de 1862 declarando su intención de recuperar los territorios fronterizos que Toussaint Louverture había tomado para Haití en 1794, por lo que procedieron a desalojar a los haitianos que vivían en la frontera. Ante el hecho, el presidente haitiano Fabre Geffrard renunció y empezó a ayudar a los dominicanos.
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RD celebra 153 años de la Restauración

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El general Gregorio Luperón fue el líder de la Guerra de Restauración.
El general Gregorio Luperón fue el líder de la Guerra de Restauración. (El Caribe )
Hace hoy 153 años, contando desde el 16 de agosto de 1863, que el general Gregorio Luperón y un puñado de patriotas se alzaron contra la anexión a España, que abandonó el país en 1865.Los años siguientes a la Independencia de la República el 27 de febrero de 1844, para la joven nación fueron de inestabilidad, alcanzando su punto más crítico con la deposición del presidente Buenaventura Báez por parte del general Pedro Santana.

Santana asume el poder en medio de una grave crisis económica debido a que la administración de Báez había quebrado el país, por lo que a 17 años de haberse proclamado la independencia, éste pide a España que retome el control del país, enarbolando como argumento la fortaleza militar de Haití y el temor de que nuevamente el vecino se lanzara a una nueva ocupación.

Para España fue la puesta en bandeja de una nueva oportunidad de controlar América Latina, sobre todo porque Estados Unidos se encontraba envuelto en la guerra de secesión del Norte contra el Sur y no podía ocuparse de imponer la famosa doctrina “América para los americanos” enarbolada en 1823 por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe. Fue así como el 18 de marzo de 1861 Santana anunció la anexión, convirtiéndose en gobernador general de la recién creada jurisdicción.

Dominio español

Las reacciones no se hicieron esperar. El 2 de mayo el general José Contreras se alzó en armas y Francisco del Rosario Sánchez encabezó una invasión desde Haití. Junto a unos 20 patriotas Sánchez fue herido y capturado, llevado a El Cercado, en San Juan de la Maguana, y condenado a muerte. Un pelotón de fusilamiento puso fin a su vida el 4 de julio de 1861. Santana renunció a su cargo en enero de 1862.

Las medidas económicas asumidas irritaban cada día más a la población. Los ciudadanos estaban obligados a entregar sus animales de trabajo a los militares españoles sin ningún tipo de garantía de indemnización, se impusieron altos aranceles para los productos que no eran españoles y se trató de crear un monopolio en la producción y comercialización del tabaco.

La guerra
Ante el nuevo cuadro, el entonces joven general Gregorio Luperón asumió el liderazgo rebelde en la lucha por restablecer la soberanía dominicana.

El 16 de agosto de 1863, un nuevo grupo bajo su liderazgo y el de Santiago Rodríguez hizo una audaz incursión y levantaron la bandera dominicana en el cerro de Capotillo. El Grito de Capotillo fue el comienzo de la guerra.

Una ciudad tras otra en el Cibao y en el Sur se sumaron a la rebelión. España tuvo momentos difíciles en la lucha contra los rebeldes.

En el transcurso de la guerra, perderían más de 33 millones de pesos y sufrirían más de 10,000 víctimas. En España la guerra era percibida como impopular e innecesaria, ya que la corona no necesitaba el territorio dominicano.

En medio de una crisis interna, el primer ministro español, Leopoldo O’Donnell, renunció al cargo.

El ministro de Guerra de España ordenó el cese de las operaciones militares en la isla, mientras que el nuevo primer ministro Ramón María Narváez llevó el asunto ante las Cortes Generales para tratar el asunto.

Las Cortes Generales sentenciaron que ante las dificultades internas España no podía ocuparse del país.

El 3 de marzo de 1865, la reina Isabel II firmó la anulación de la anexión, y el 15 de julio las tropas españolas abandonaron la isla.
Haitianos apoyaron la guerra restauradora
En la parte Este de la isla corrió el rumor de que los españoles volverían a establecer la esclavitud, abolida durante la ocupación haitiana, y que nuevamente ciudadanos dominicanos serían enviados a Cuba y Puerto Rico para servir a la corona española. Además, España había emitido una orden real en enero de 1862 declarando su intención de recuperar los territorios fronterizos que Toussaint Louverture había tomado para Haití en 1794, por lo que procedieron a desalojar a los haitianos que vivían en la frontera. Ante el hecho, el presidente haitiano Fabre Geffrard renunció y empezó a ayudar a los dominicanos.
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